Sale libre 21 años después; nunca hubo crimen

AGENCIAS.- El 26 de mayo de 2000, el maestro Manuel Germán Ramírez Valdovinos fue detenido por agentes de la Policía Judicial del Estado de México mientras se encontraba en su domicilio junto con sus familiares y amigos. Los ocho agentes de la Policía Judicial ingresaron violentamente a su domicilio, encañonaron a los asistentes y mediante golpes se lo llevaron. Fue acusado por el delito de homicidio con base en una confesión arrancada mediante tortura, siendo sentenciado a una pena de 40 años, 7 meses y 15 días de prisión, motivo por el cual se encuentra privado de la libertad.

Al detener a Manuel, los agentes de la Policía Federal no mostraron ninguna orden de allanamiento al domicilio y tampoco una orden de detención. Tampoco explicaron las razones o motivos de su detención. Al preguntar sobre la existencia de esas órdenes el señor Ramírez Valdovinos fue golpeado por los agentes. Junto con otros dos sujetos, que ya se encontraban detenidos, fue conducido a un lugar donde se le pidió firmar una declaración. En ese lugar, Manuel fue víctima de tortura, hasta el momento en que fue presentado ante el Ministerio Público.

Finalmente el pasado 16 de julio fue liberado a sus 42 años, tras pasar la mitad de su vida detrás de las rejas por un homicidio cuya víctima se encuentra con vida.

«Esto no fue una reinserción, fue una burla», cita Los Angeles Times a Valdovinos, quien denunció que las autoridades no se disculparon por el proceso plagado de irrregularidades.

A pesar de que la Comisión Internacional de Derechos Humanos ya había presentado una recomendación basada en el Protocolo de Estambul instando al Gobierno mexicano a liberar a Valdovinos, el hombre solo fue puesto en libertad tras una huelga de hambre del diputado Pedro César Carrizales y el activista Bryan LeBaron.

El hombre, que pasó 21 años encarcelado, fue sentenciado a 41 años de prisión en 2003 por supuestamente haber matado a un joven en el año 2000. Sin embargo, se descubrió que el cadáver encontrado no correspondía a la presunta víctima, que en realidad sigue con vida en EE.UU.

Se sospecha que el crimen fue un montaje del padre de la supuesta víctima a fin de cobrar el dinero del seguro de vida.

Con información de: Idheas y RT

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